Pocos en este pueblo desconocen a Rafael Flores León. Muchos de nosotros lo conocemos por su labor como cuponero de la ONCE durante muchos años, y por la grave enfermedad que deformaba su rostro. Otros lo conocen por la operación que se le realizó en enero de 2010, y que le hizo famoso a nivel internacional por ser uno de los pocos en este mundo al que se le realizó un trasplante de tejido facial con una técnica novedosa y complicada. La operación se realizó en el Hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense, con un éxito sin precedentes, y que ha colocado a este hospital como referente internacional en operaciones de este tipo.
Muchas han sido las penalidades que nuestro vecino Rafael ha tenido que soportar durante toda su vida. La enfermedad que padecía le hacía imposible mantener una vida normal, pero Rafael siempre gozó de un gran humor y simpatía, y supo llevar con dignidad y sacrificio el día a día de su padecimiento.
En enero del año pasado, un equipo médico le brindó la oportunidad de llevar una vida normal, con la carga de un procedimiento quirúrgico complicado y una larga rehabilitación, pero con la garantía de que vería acabado por fin un padecimiento crónico y demasiado largo ya. Rafael, con un valor que hay que reconocerle, que hay que admirar, se puso en manos de unos médicos que iban a practicar en él una técnica que tan sólo un paciente en toda España había probado. La valentía de Rafael, que ponía su vida en manos de una técnica casi desconocida, y a sabiendas del riesgo que corría, sólo puede llenarnos a todos sus vecinos de orgullo y admiración. Una vida como la de Rafael sólo puede ser narrada como la proeza de un pequeño hombre por conseguir la grandeza de tener una vida normal. La grandeza de un hombre que no buscaba riquezas ni notoriedad, sino la normalidad del día a día.
Rafael es un ejemplo para todos. Rafael es el ejemplo de que quizás olvidamos la simpleza de ser feliz. Olvidamos que nuestra salud, y la de los nuestros, es el requisito principal para conseguir la felicidad.
Pero también olvidamos que nuestro sistema nacional de salud es tan magnífico y avanzado que pocos países del mundo pueden presumir de tener uno como el nuestro. El equipo médico del Hospital Virgen del Rocío ha hecho una labor inconmesurable, y difícilmente reconocida. Han hecho de la medicina quirúrgica avanzada una herramienta que llena de orgullo y satisfacción a cualquier español, y que llena de esperanza a pacientes con enfermedades de difícil curación.
Por último hay que destacar, por encima de todo, la figura del donante y la de su familia, que con su grandioso y humano gesto han dado a nuestro vecino Rafael la oportunidad que tanto ansiaba. Gracias de corazón.
Por la notoriedad de tan significativo trasplante. Por el reconocimiento al valor y sacrificio de nuestro vecino Rafael a lo largo de su vida. Por el ejemplo de generosidad y abnegación de los donantes y sus familias. Por la perseverancia en la búsqueda de técnicas médicas que alivien el sufrimiento de sus pacientes. Por el merecido reconocimiento a nuestra sanidad pública. Por todo ello, el concejal no adscrito Manuel Sánchez Moya ha hecho entrega en el ayuntamiento una moción para someter a consideración del Pleno las siguientes Propuestas:
- Que se denomine, y se rotule en su fachada, con el nombre “Centro Cívico Rafael Flores” al actual Centro Cívico y Social situado en
la Barriada Nueva Sevilla. - Que se disponga en la entrada a dichas instalaciones una placa en reconocimiento a los donantes de órganos y a sus familias, así como al equipo quirúrgico del Hospital Virgen del Rocío que intervino en el trasplante de nuestro vecino Rafael Flores.
- Que se haga entrega de sendas placas de reconocimiento a la dirección del Hospital Virgen del Rocío, y a nuestro vecino Rafael Flores.
